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ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN
ADÁMICA (4 tomos)
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(Elaborado por Domingo)
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Los KOBDAS o KOPTOS pertenecían a una escuela de Alta Sabiduría del antiguo Egipto de la época Pre-Histórica (en el lejano neolítico); constituían una vasta Institución científica y filantrópica consagrada al desarrollo de las elevadas facultades del espíritu y el bien de la Humanidad. Esta vasta Institución, especie de Sociedad Científica y Comunidad religiosa digámoslo así pero que no poseían más religión que la Justicia, la Verdad y el Bien, eran auténticos Misioneros de la Sabiduría y el Amor. Los primeros fundadores de dicha Comunidad pertenecieron a un núcleo emigrado de ATLÁNTIDA, azotada por las aguas, que a esa altura ya empezaba a dormir su sueño eterno en la profundidad de los mares, acompañando en ese sentido al perdido continente lemuriario hundido siglos atrás bajo las aguas del entonces Mar Sereno (Océano Pacífico de hoy); que lograron refugiarse en las cavernas de las montañas del Noreste africano, donde los gigantescos picos del Revenzora les dieron refugio por tres siglos, hasta que poco a poco fueron construyendo Santuarios donde impartían sus enseñanzas, adonde podían acudir gente de todas las razas y condiciones sociales. Adoptaron como símbolo y genio inspirador para la obra que comenzaban a NUMÚ, un pastor de ovejas que vivió en la ciudad de Mirt-ain-Mari (que significa "Mirando al mar", la ciudad del continente lemur de muchos milenios atrás de la época que nos estamos refiriendo, continente que el Mar Sereno (ya referido) había tragado). En su labor misionera y civilizadora pronto los Kobdas se vieron obligados a ser maestros, médicos, árbitros, administradores y consultores de aquellas poblaciones de aquellas tribus entre las cuales no había aún una idea bien definida respecto al origen y destino del ser y mucho menos de las leyes y fuerzas que la gobiernan. La elevación moral e intelectual de los Kobdas les dio pronto un gran ascendiente sobre aquellas multitudes que comenzaban a mirarles como a seres extraordinarios. Toda la antigua sabiduría de Oriente no reconoce otra cuna ni otro origen que éste y de ahí la notable semejanza en los principios fundamentales de todas las antiguas filosofías y religiones. Los Kobdas, incansables buscadores de la Sabiduría y de la Verdad, una única dicha podían ambicionar: la de hacer la dicha de los demás y fueron decididos cultivadores del espíritu y apóstoles de la redención humana terrestre de aquella remota época donde existían muchas barbaries y costumbres que rayaban a la altura de lo monstruoso. Aquellos hombres y mujeres, incansables buscadores del por qué de todas las cosas, que marcan rumbos y derroteros a las almas y a las humanidades, enseñaban que cada civilización, cada colectividad, cada raza, cada individuo, viene a la vida terrestre con un programa a cumplir y que de su buen o mal cumplimiento, dependerá luego la evolución, el progreso, el triunfo, la grandeza colectiva e individual; y que la falta de ese cumplimiento acarrea la ruina, la degeneración, el exterminio, el aniquilamiento, la desaparición de civilizaciones, dinastías, razas y doctrinas sustentadas por ellas. Apóstoles de la Paz y el Amor, aquellos hombres y mujeres que constituían la Hermandad Kobda tenían entre sus postulados lo que constituía la frase y el lema más común y máximo en ellos: "El AMOR ES EL MAGO DIVINO QUE SALVA TODOS LOS ABISMOS". El término KOBDDA o KOPTO significaba según ellos "CORONA", o sea lo más alto a que puede llegar el ser humano en la tierra y para ello debía empezare por dominar en absoluto sus pasiones, por eso corona de justicia, de amor y de paz debía ser la vida del Kobda y aún de aquellos Kobdas que llegaran a ser dirigentes de pueblos. El nombre KOBDA en la lengua usada por ellos también significaba la frase: "EXTRAER DEL FONDO DE TODAS LAS COSAS LO MÁS HERMOSO QUE HAY EN ELLAS", lema que era un poco la brújula en sus vidas entre ellos y de relación ante los demás; frase que se aplicó muchos siglos antes a los que extraían los metales preciosos del seno de las montañas, y a los que extraían las perlas del seno del mar, pero que los Kobdas lograron aplicarla a toda manifestación de vida, aún en aquellas situaciones dolorosas, angustiantes o lamentables que no parecían tener solución. Dicho de paso, por lo similar pero expresado al revés si se quiere, este lema también constituía una de las máximas de los FLAMENES (Institución más antigua aún que los Kobdas) de quienes con el correr de los siglos y los milenios surgieron los célebres y místicos VEDAS, que encierran la profunda filosofía del antiguo Oriente y que los continuadores de aquellos antiguos Flámenes, que después adoptaron el nombre de FLAMA, son los LHAMAS, que muy transformados de sus orígenes como los Kobdas actuales de sus fundadores, aún se conservaron para preparar el camino a QUISCENA CHRISNA, el Gran Príncipe de la Paz, y más tarde, al dulce e incomparable BHUDA, que para unos es Shidarta y para otros Gauthama o Sakya -Muni Amida-. Entiéndase por Kobdas actuales, actuales al momento a que se refieren estos relatos (aprox. 8300 A.C.; a dicho momento la Institución Kobda ya tenía 1200, 1300 años aprox., es decir que a la época del Cristo Divino, 9500 a 9600 A.C.). Retomando el tema que tratábamos; los Kobdas decían: "Extrae del fondo de todas las cosas lo más hermoso que hay en ellas" y los Flámenes decían: "Con tu fuego interior, o con tu luz interior purifica y hermosea todas las cosas" que al fin y al cabo viene a ser lo mismo expresado en formas invertidas. Por eso uno de los símbolos de los Kobdas era el loto real, nacido entre el agua turbia y no obstante, blanco y puro, exhalando divinos perfumes a su alrededor. El esplendor máximo digámosle así, el apogeo máximo de su labor como civilizadores, coincidió con el advenimiento del Mesías Terrestre, el Gran Espíritu Luz, guía instructor de esta Humanidad que realizaba su quinta Jornada o Encarnación mesiánica en este planeta en la persona de ABEL, hijo de ADAMU y EVANA, esta última, descendiente directo de aquél Rey Atlante de nombre NOHEPASTRO (de bíblica memoria) y cuyo reino se encontraba en el Norte de la Atlántida frente a las columnas de Hércules (Gibraltar) que un día recibió de sus augures el anuncio de que sus dominios también estaban amenazados por el avance de las aguas (pues en esa época las hermosas regiones del Sureste de ATLANTIDA fueron sacudidas por un espantoso cataclismo en que terremotos y maremotos simultáneos, ocasionaron el desbordamiento de las aguas del mar, y numerosas poblaciones emigraron hacia territorios que no habían sido alcanzados por la inundación); por la cual aquél rey dispuso la construcción de un palacio flotante para asegurar su vida y la de los suyos durante largo tiempo. Los Kobdas pues trataron de ponerse a tono, en condiciones de secundar con acierto la quinta jornada mesiánica del guía planetario, pues a pesar de que las falanges invisibles negativas, interesadas en mantener la ignorancia de los hombres que se ven empujados a buscar la verdad, trataron de entorpecer el paso del Hombre Luz, en esa hora trascendental de su vida de Mesías , su vida (la de ABEL) fue como un "pasaje entre flores", precisamente por aquella magna labor civilizadora realizada por los Kobdas que prepararon el camino para su advenimiento. Por eso la obra de aquellos hombres secundando la misión de apostolado de Abel constituyó una magna obra de civilización que ellos tuvieron la gloria y el mérito de extender por dos continentes y que constituyó una de las evoluciones humanas más elevadas que ha logrado conquistar el hombre en este planeta (que lamentablemente la historia no la recoge ni la recuerda). Su acción se extendió por toda la REGION DE LOS CINCO MARES, nombre que se le dio en aquél remoto neolítico a la vasta región comprendida entre el Mar Grande (Mediterráneo de hoy), el Mar Bermejo (Mar Rojo), el Mar de la India, el Mar de Hircario o el Mar Eritreo del Norte (el actual Mar Caspio) y el Ponto Euxino (Mar Negro de hoy). Dicha región estaba en gran parte comprendida dentro de lo que en aquella época se llamó la vasta "ALIANZA DE LAS NACIONES UNIDAS", alianzas de defensas mutuas, de paz y progreso entre los Caudillos, Reyes y Príncipes de aquellos lejanos países, gracias a la acción de los Kobdas, alianza que siguió a la de "LA ALIANZA de los países del EUFRATES y el NILO" y cuyo Gran Rey elegido por todos los caudillos y príncipes de aquellos países fue precisamente un Kobda. Fue todo un periodo de largos años de esplendor y bienestar, a partir de aproximadamente 8300 años antes de Jesús Cristo, un lapso perdido de la Historia de la Humanidad que los Kobdas en sus crónicas denominaron CIVILIZACION ADAM1CA O ABELIANA y que comprende el lapso transcurrido desde la desaparición de la ATLÁNTIDA hasta nuestros días. Gracias a las leyes de LA ALIANZA mencionada y que constituía una estrecha alianza defensiva y de ayudas mutuas entre las regiones que formaban parte de ella, a tal punto que cada vez eran más los Caudillos de otras regiones que pedían unirse a ella, los Kobdas lograron eliminar las costumbres de la compra y venta de esclavos, la poligamia, las torturas físicas y la pena de muerte, logrando incluso a establecerse como ley: que ningún Príncipe o Caudillo o Jefe de Familia podía permitir que hubiese mendigos hambrientos en sus dominios y por eso para evitarlo, se formarían graneros públicos, donde cada cual depositaría un tanto de su recolección anual, según su monto, para subvenir a las necesidades materiales de los ancianos y enfermos sin familia y sin recursos. |
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