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?Ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo?.
Frase sublime y excelsa que encierra todo el sentido de este día; día de dolor y de gloria, día de amor y de luz, día de conciencia para todos aquellos que en el camarín secreto de nuestro santuario interior hemos abrazado el ideal del Divino Mártir: el Cristo del Amor.
¿Qué más se puede decir que no esté ya sintetizado en ese grandioso anatema de amor?, los hombres ignorantes nos sentimos dueños del universo cuando pensamos haber descubierto una nueva verdad, cuando creemos haber entendido un nuevo concepto y la vanidad y la soberbia nos dan un lugar de superioridad que no existe; ¿acaso no estamos también nosotros en el largo camino de la evolución?, ¿acaso por escribir sobre un nuevo concepto, nuevo para nosotros, somos creadores de tal conocimiento?, no, porque el conocimiento siempre existió, la verdad es Dios y nosotros pequeñas criaturas simplemente vamos despertando a esos conocimientos, a esas vibraciones, a Su grandeza.
Bien lo decía el Maestro o por lo menos mi pequeñez así lo interpreta, que las Virtudes, las Bellezas, las Divinas Armonías, todas las debemos a Dios, pues son Su presencia vibrante y palpitante entre nosotros y en nosotros; y que toda la imperfección, toda vibración que en nosotros debe llegar a ser perfecta, toda debilidad, toda inconciencia es lo que es realmente nuestro.
Entonces, ¿Qué escrito más diáfano, más sublime, más perfecto se puede escribir que esa sencilla frase que envuelve el supremo camino que hemos de seguir todos los hombres de esta tierra?: ?Ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo?
Ahora bien, reflexionando sobre todo cuanto significa este día, pensaba en si realmente somos concientes de lo que implica para cada uno de nuestros días y me preguntaba a mi mismo si realmente vivo con coherencia eso que hoy palpita en mi interior: tantas lágrimas derramadas al lado del patíbulo de la Suprema Inmolación del Cristo, tantos corazones que en aquella hora pactaron encarnar ese Ideal de Amor Fraterno y también sembrarlo por todo el mundo, mientras iban muriendo también en el ara santa de los holocaustos; nosotros que nos estremecemos cuando leemos y releemos todas estas escenas de amor y de dolor, que nos dejamos estremecer hasta lo más hondo, ¿les damos el verdadero valor que estas se merecen?, ¿nuestra vida toda es un reflejo de ese Ideal de Amor Fraterno por el que el Cristo del Amor y sus seguidores vivieron y murieron?.
?Amar a Dios sobre todas las cosas??, Amar Su voluntad, Amar sus designios, pensar que todo cuanto nos sucede tiene una amorosa causa, que apunta a nuestro crecimiento en pro de nuestra propia felicidad; ¿hemos pensado que las circunstancias problemáticas y dolorosas tienen un objetivo de Ley que va más allá de la queja, la protesta, la victimización de nosotros mismos y que es una máxima expresión de amor de ese Padre excelso, que sí sabe por donde conducirnos, porque sí sabe donde está la verdadera felicidad?. Se piensa que la fe es confiar en que Dios satisfaga todos mis deseos, como si El fuera mi lacayo y olvidamos que fe es conocer que nosotros somos niños ignorantes y que Dios, por sobre todo es nuestro Padre y es el Amor y que todo cuanto recibimos de El es Amor, a pesar de que en nuestra pequeñez solo veamos circunstancias que nos impliquen esfuerzo.
?Amar al prójimo como a sí mismo?, ¿hemos pensado el largo alcance que tiene esta expresión?, ¿verdaderamente cuidamos de no hacerle a otro lo que no me gusta que me hagan a mi?, pues según entiendo esta es la primera forma de vivir esta gran orientación. ¿Verdaderamente nos esforzamos en hacer por los demás todo cuanto nos gustaría que hicieran por nosotros?, de seguro que nuestra conciencia, que es esa voz interna, encontrará una resonancia profunda en estas palabras y de seguro también muchos tendremos que reconocer, que en el diario vivir tendemos a olvidar este cuidado hacia nuestro prójimo que nos marca la Ley del Amor Fraterno.
Nos encantan los libros de doña Josefa, lloramos y nos endulzamos con ella, elevamos los ojos y decimos Maestro, Maestro, seguimos escuelas que son pensamientos sublimes traídos por Maestros seguidores del Divino Ideal, como la Escuela del Maestro Melchor de Horeb (Fraternidad Cristiana Universal), ¿pero realmente estamos comprometidos con todo lo que esto implica? Vivir cultivándonos, en la oración, en la introspección, en la lectura, en la meditación, para convertir toda debilidad en virtud, para tener cada día mejores cosas para ofrecerle a nuestros semejantes; vivir asumiendo que solo somos maestros de si mismos y dedicar nuestros esfuerzos, no a la prédica y a la corrección de los demás, sino a pulir nuestro propio huerto interior; vivir como verdaderos servidores, siendo capaces del olvido de si mismos en pro de trabajar por la felicidad de los demás; si nos gusta ser amados amemos, si nos gusta recibir misericordia en tantas veces como son las que nos equivocamos, seamos misericordiosos con los demás, si no nos gusta ser rechazados, abandonados y juzgados ¿porqué criticamos, abandonamos y vivimos aprobando o desaprobando sobe la vida de los otros, como si Dios nos hubiera puesto la tarea de evaluar la vida de los demás?.
Empecemos por vivir con coherencia todo eso que sentimos: el Amor hacia el Divino Maestro, el Amor hacia la Fraternidad Cristiana Universal, el Amor hacia la Sra. Josefa Rosalía Luque, el Amor hacia esas historias plasmadas en la Obra, el Amor hacia el Ideal de Amor Fraterno del Cristo nuestro Mesías y conductor; ¿y que es vivir con coherencia todos estos amores?, encarnar realmente en nuestra vida ese Amor Fraterno, es decir, vivir, por lo menos cumpliendo como un deber de Ley, la Ley del Amor Fraterno o en el mejor de los casos vivirla ya no como una Ley, sino habiéndola abrazado como un íntimo anhelo, como una suprema realización personal; no olvidemos que esta Ley, que encierra todo el Supremo Ideal del Maestro es la estrella polar que rige el destino de cada ser humano, tu y yo y todos; y que el pequeño la entenderá como una Ley, pues no puede calibrar su valor, pero el de mayor evolución la tendrá como su propia conciencia.
Que tanto dolor vivido en el Gólgota, que tantas buenas intenciones, adoraciones y dulces sentimientos, que de seguro pasaron por nuestros corazones en el día de ayer, valgan la pena y valdrán la pena si tu vida y la mía son un ejemplo de Amor Fraterno, si tu y yo somos capaces de ser cada día menos egoístas y pensar más en los demás y pensar más en agradar a la Divinidad, si tu y yo hablamos menos, nos mostramos menos, buscamos menos el aplauso de los hombres y actuamos más como verdaderos servidores silenciosos del Amor; de lo contrario simplemente todo será un hecho anecdótico y seremos parte de la multitud que duerme y se enajena esperando que hayan vidas, que por el ejemplo de amor siembren en sus corazones la Divina orientación, únicamente que nosotros tenemos el agravante de tener la Obra como una lámpara encendida y de tener Fraternidad Cristiana Universal como una Soberana Luz y digo agravante no por estas magnas estrellas, sino porque si en vez de dedicarnos a vivir con conciencia apagamos tales luminarias, realmente habremos demostrado ser de dura cerviz.
Que el 28 de marzo, conmemoración de la Gloriosa Inmolación de nuestro Divino Maestro en su última personalidad, conmemoración de la Fundación de Fraternidad Cristiana Universal en este plano físico, trascienda y se convierta en un 29 de marzo, 30 de marzo? y en cada uno de los días que nos resten de vida, para que a la distancia nos esforcemos decididamente por seguir las huellas de nuestro Divino Maestro, hacer de nuestra vida una absoluta expresión del Amor Fraterno y esparcir por el ejemplo esa Divina simiente en el corazón de todos cuantos se crucen en nuestro camino.
Un saludo fraternal a todos.
vuestro hermano James Low.
_________________ James Low
Reflexiones sobre el 28 de marzo
Publicado: Tue Apr 04, 2006 2:08 am
Marcelo
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Registrado: Jun 19, 2002
Mensajes: 29
Ubicación: buenos aires
Hermano, sabias y humildes palabras que espero algun dia alcancemos a comprender en la intimidad de nuestro corazon.
La evolucion de cada uno, marca su propio camino y en ese transitar, la humilde condicion expresada ante la Divinidad, nos hace felices de ser lo que somos, sin pretender otra cosa mas que la simpleza inmensa del amor.
Saludos fraternales, su hermano Marcelo
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