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FOROS: EL CRISTO, INSTRUCTOR DE HUMANIDADES :: Ver tema - LA BUSQUEDA DE DIOS....
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Foros de discusión » ESPIRITUALIDAD » LA BUSQUEDA DE DIOS....
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LA BUSQUEDA DE DIOS....
MensajePublicado: Fri Feb 10, 2006 4:03 am Responder citando
ROGER
Miembro
Miembro
Registrado: Jun 13, 2003
Mensajes: 34
Ubicación: Toronto (Canadá)




La búsqueda de Dios...



Pero es posible que la persona se sienta más predispuesta, más inclinada a buscar esa aproximación hacia el ser absoluto, total, hacia Dios. Muy bien, lo primero que hemos de decir respecto a eso es que la persona debería darse cuenta de que, hasta ahora, su formación ha sido la de oír hablar y aprender a actuar respecto a Dios siempre desde un ángulo exclusivamente moral, es decir, lo que está bien y lo que está mal, lo que me hace ser bueno y lo que me hace ser malo. Esa visión exclusiva del aspecto moral es correcta, pero es insuficiente; es demasiado parcial. Dios no es solamente el Sujeto Absoluto del bien, sino también el Centro Absoluto de todas, absolutamente todas, las cualidades y realidades positivas que existen. Por lo tanto, hemos de aprender a reeducar nuestra mente respecto a Dios, en el sentido de saber descubrir que Dios es, en primer lugar, la Fuente Absoluta, omnipotente, de nuestra energía, de nuestra fuerza, de nuestra seguridad, de nuestra positividad, porque Dios es la fuente de todo ser y la fuente de toda potencia; es la Potencia Absoluta. Por lo tanto, todo lo que en un grado u otro es fuerza, es potencia, es energía, o es conciencia de energía o de potencia, es algo que tiene como único centro y como único origen en cada instante a Dios.

Tenemos que abrir nuestra mente a Dios como Sabiduría Omnisciente. Esto ya se dice, pero no se hace. Quiere decir que Dios es la fuente de toda Verdad, de todo conocimiento, de toda intuición, de toda idea correcta, tanto en el aspecto más concreto como en el más superior; quiere decir que Dios es la fuente de toda eficacia en el aspecto inteligente. Toda verdad que soy capaz de ver como verdad, toda cosa correcta que somos capaces de ver como correcta, es gracias a esa Sabiduría que nos está viniendo de Dios; por lo tanto, Dios es la fuente de nuestra energía, de nuestro poder, de nuestro ser, de nuestro saber, de nuestra intuición, en todos, absolutamente en todos, los aspectos de la vida.

Es decir, hemos estado monopolizados por una visión puramente moralista. Esto, en sí, está muy bien; la moral es necesaria, es parte esencial del bien; pero es sólo un aspecto. En este caso, el ser humano se encuentra con que, ante las demás exigencias de la vida, no sabe referirse a Dios; le parece que a Dios debe dirigirse siempre en un tono moral, ?quiero ser bueno?, ?quiero amar?, ?quiero que tú me ames?, ?quiero corregirme de mis defectos?, ?pido perdón por mis errores, por mis culpas...?. Siempre hay ese tono, porque es el único que se nos ha inducido, el único que se nos ha repetido, reiterado, y en ocasiones impuesto de una manera exhaustiva y opresiva.

Cuando uno descubre que Dios es la fuente de todo cuanto es en todos los aspectos positivos, es decir en todos los aspectos reales que es, y que todo lo negativo no es nada más que una disminución o una ausencia relativa de lo positivo, entonces Dios adquiere una significación muchísimos más amplia, más importante, más central en toda nuestra vida. Entonces ya no es posible hacer esa distinción, que por desgracia se hace constantemente, entre la vida religiosa y la vida diaria, entre nuestros negocios, nuestros compromisos sociales, obligaciones, aficiones intelectuales, gustos, recreos y nuestros placeres; es imposible hacer esta separación. Uno se da cuenta de que Dios es realmente el centro de toda cosa posible que una pueda hacer, porque toda capacidad de hacer nos viene de Dios; pero, además, también viene de Dios la cosa concreta que yo sea capaz de hacer.

Entonces es cuando ocurre que Dios es realmente nuestro Dios; porque, hasta ahora, Dios es solamente uno de nuestros dioses. Dios es nuestro dios en el aspecto del bien, y aún del bien supremo, pero, en el aspecto de la vida diaria, tenemos otros dioses, tenemos nuestra buena fama, tenemos una posición económica asegurada, tenemos una salud, tenemos una serie de cosas que son para nosotros objetivo en su propio plano.

No sé si se ha reflexionado suficientemente en estos aspectos, pero, en ocasiones, incluso cuando la vida espiritual es sincera, se vive de una manera tan parcial, tan estrangulada, tan pequeña y tan minimizada, que no es extraño que luego vengan tantos conflictos, debidos precisamente a esta parcialidad, y que las exigencias más expansivas de la vida moderna de hoy en día hagan que la persona se sienta más lejos de este Dios puramente moral que le han enseñado y con el que ha intentado ponerse en contacto mediante sus oraciones.

Dios es la fuerza viviente que está detrás absolutamente de todo cuanto existe. Dios es la Inteligencia que está regulando cada cosa que es y que sigue siendo. Dios es el gozo infinito, es la fuente de todo placer, de toda satisfacción, de toda felicidad, de toda alegría. Si nos damos cuenta de este carácter absoluto que tiene Dios, entonces podremos relacionar todos los aspectos de nuestra vida con esta Fuente Absoluta.

Esto es posible que a algunas personas les produzca cierta inquietud, porque les parece que tienen que obligarse a ver los aspectos, diríamos, corrientes de su vida diaria como incluidos en el aspecto moralista, que hasta ahora era el único que se vivía como religioso, y no es así; lo que tienen que hacer es ensanchar su visión, su perspectiva de Dios y, por tanto, sus relaciones conscientes con Él, para ver que Dios abarca absolutamente todo, que Dios es el dios del buen humor, de la habilidad en los negocios, en la técnica y en el arte, que Dios es la fuente de todo cuanto existe de positivo, la fuente que está suministrando todo lo que está funcionando, la fuente viva e ininterrumpida que está manando hasta en el hecho más concreto y material de cada momento.

En este sentido, la vida puede ser una gran ayuda, es decir debería ser una ayuda total y definitiva para transformar a la personalidad y, por tanto, para eliminar todos los estados negativos pasados, presentes y posibles en el futuro. Para ello es preciso que la persona deje de pensar en Dios de un modo puramente teórico e hipotético y aprenda a abrir su conciencia experimental a Dios.



ANONIMO



ROGER
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Me surgieron inquietudes
MensajePublicado: Fri Apr 10, 2020 10:29 pm Responder citando
Ezequiel
Miembro
Miembro
Registrado: Jan 22, 2018
Mensajes: 2
Ubicación: Córdoba - Argentina




Hola Roger, buenas tardes, ¿como estas? espero que bien. Esta es la primera vez que te escribo. Quería hacer un par de preguntas, que en sí son inquietudes que me surgieron al leer un párrafo de lo que has escrito en tu post, aunque haya sido de un anónimo, según lo has expresado al final.

La primera es la siguiente:

Aqui has dicho esto:

"Dios es solamente uno de nuestros dioses."

¿Es correcto expresarse así? ¿La Obra dice que eso es correcto?

La segunda:

Dios es nuestro dios en el aspecto del bien, y aún del bien supremo..."

¿Cuál es el bien supremo? ¿será el famoso "Ámense los unos a los otros? ¿o, en otras palabras, es el Amor como fuente de toda Sabiduría?

La tercera:

"...pero, en el aspecto de la vida diaria, tenemos otros dioses, tenemos nuestra buena fama, tenemos una posición económica asegurada, tenemos una salud, tenemos una serie de cosas que son para nosotros objetivo en su propio plano."

La estimada e ilustre señora Josefa, dice en su precioso libro "Para Ti":

En el Diálogo 5:

Nunca te cuides de si aquel que escribe, / Está orlado de fama en el decir;
Ni si es grande o pequeño en la ciencia, / Que en frágil ánfora te ofrece a ti.

En el Diálogo 8:

A persona que no te es conocida, / Con prudente cautela debes ir;
Que aunque ella sea de brillante fama, / Distinto sea al tuyo su sentir.

Es decir, ella menoscaba la fama, para no hacer detrimento de las buenas virtudes que debemos tener todos en la vida. Digamos, que nunca le gustó la fama, como se observe desde la perspectiva que sea, de acuerdo a sus rimas.

Por eso, me surgió la duda, de que si es correcto emitir buenas opiniones acerca de tener fama. o tener buena fama, (que parece que se pueden distinguir, aunque prácticamente tendrían la misma esencia).

¿Podrías aclararme esas preguntas? Ojalá puedas responderme lo más pronto posible. Te estaré muy agradecido.

Bendiciones, salduos cordiales.
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LA BUSQUEDA DE DIOS....
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