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biografía de la autora

 

La autora, Doña Josefa Rosalía Luque Alvarez, nació en Villa de Rosario, provincia de Córdoba (Argentina), el 18 de marzo de 1.893 y desencarnó el 1 de Agosto de 1.965.

 

Título

Pronunciado o revelado por:

Dirigido a:

¿Que soy yo, por qué estoy aquí............ Maestro Carmi (Explicación) Moisés
Las siete virtudes de la vida perfecta Jesús (Tema) Maestros Esenios
Dios Jesús (Tema) Maestros Esenios
El Dolor Jesús (Revelación) Los Apóstoles
Los Mundos y Las Almas Jesús (Tema) Maestros Esenios
El Verbo Planos Superiores (Revelación) Juan (Evangelista)

 
 
 

¿QUÉ SOY YO, POR QUÉ ESTOY AQUÍ, DE DÓNDE VENGO Y ADÓNDE VOY?


“¿Qué soy yo?”

“El ser inteligente que llamamos “el hombre” y que en multitudes forma la especie humana habitante de este planeta, es una renovación gradual y continuada de las múltiples especies de seres orgánicos inferiores y que designamos con el nombre de animales o bestias. 

“Cada ser inteligente de la humana especie puede decir con toda verdad: “Yo soy uno y trino”, pues estoy compuesto de tres elementos sabiamente combinados y dispuestos por el Eterno Poder Creador. Primero, mi inteligencia que piensa, mi voluntad que ama, mi memoria que recuerda, son cualidades indelebles del primer elemento de mi ser. Es invisible, indivisible e indestructible, porque surgió como una chispa de luz y fuego del Eterno Poder Creador, invisible, indivisible e indestructible, cualidades que sintetizamos en una sola frase, en una sola palabra, la más grande y formidable que puede pronunciar la voz humana: ¡Eterno!  

“Quedamos pues en que el primer elemento que constituye el hombre es también eterno como la fuente de donde procede. Este elemento vibra, gira o vuela en el espacio azul infinito que envuelve éste y todos los planetas hasta que es llevado por la eterna ley de evolución a cualquiera de los planetas o mundos destinados a alimentar vidas orgánicas, vegetales primero, animales después hasta llegar, pasadas largas edades, a la especie que llamamos “Humana”.  

“Al ser introducida la chispa viva en los mundos adecuados, es revestida de los otros dos elementos de que está compuesto “el hombre”: una vestidura de fluidos etéreos gaseosos y magnéticos primeramente, y éste es el segundo elemento de que está compuesto el hombre. Finalmente la Eterna Ley le forma el tercer elemento que ha de permitirle la vida manifestada al exterior al cual llamamos “cuerpo físico”, que viene a ser el instrumento de manifestaciones exteriores del principio inteligente, invisible, indivisible e indestructible o sea eterno como la Fuente, Luz, o Fuego que le dio vida

“¿Por qué estoy aquí, de dónde he venido, y a dónde voy?”  

“De dónde habéis venido ya está dicho en mi explicación anterior: Chispa viva del Eterno Viviente en todo ser vivo que habita los mundos.  

“Habéis venido de la Infinita inmensidad de Dios y hacia Él vamos todos, en la infinita sucesión del tiempo. El cuerpo físico nace de una simiente como toda vida, crece, se manifiesta en múltiples formas, buenas, bellas, excelsas, o ruines, innobles, feas y malas, según el grado de comprensión y de progreso alcanzado en el correr de lentas edades. Llega a la juventud, a la edad madura, a la vejez y muere, se disgrega y se hace polvo. Todo lo que es materia sigue este proceso.  

“Este es el fin del tercer elemento que constituye “al hombre”.  

“La destrucción o terminación de la vida material trae como ineludible consecuencia la libertad de los otros dos elementos constitutivos del hombre: La chispa divina o alma que es Inteligencia, Memoria y Voluntad, y su envoltura de fluidos, gaseosos y magnéticos o fuerza viva intermedia entre el alma y la materia física.  

“Debo añadir que el Eterno Poder Creador otorga a sus creaciones inteligentes, una amplísima libertad de acción cuando después de largas edades ha llegado a formar parte de la Especie Humana. Esta libertad es llamada Libre Albedrío, el cual hace al ser inteligente, responsable de sus actos.  

“El que obra el bien, más pronto llega a su eterno y divino origen. La chispa vuelve al fuego que la produjo y vuelve agrandada, embellecida y purificada a través de una larga cadena de existencias físicas.  

“El que obra mal tarda más tiempo en volver hacia la Eterna Fuerza que le dio vida y rueda a veces de mundo en mundo cada vez más bajo hasta que el intenso padecer le hace abrazar la senda que ha de llevarle a su eterno origen.
 

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“LAS SIETE VIRTUDES DE LA VIDA  PERFECTA”


Primera. La caridad con el prójimo: Vista a través de la mente divina del Cristo Señor nuestro, no es la moneda en la mano tendida a nuestro paso, ni la túnica nueva para quien la lleva desgarrada, ni el pan y el vino sobre la mesa, ni la lumbre en el hogar. Es ante todo y por encima de todo la palabra suave que consuela y alienta, la piedad misericordiosa que perdona y oculta los pecados del hermano para que el mundo malévolo no le arroje piedras ni lo lleve al patíbulo; es el abrirle camino de justicia y rectitud iluminado por el amor y la fe, florecido de esperanza y alegría para desenvolver su vida en el marco sagrado y bendito de la eterna Ley. Es apartarle las piedras del camino cuando las fuerzas no le alcanzan para saltar las barreras que se le oponen al deber; es arrojarle una tabla al mar de su vida borrascosa para salvarle del naufragio; es tenderle las manos para sacarle de un abismo sin avergonzarle por haber caído en él.
 

Es entonces cuando se cumple la palabra del Santo entre los santos cuando dijo: “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, que todo lo demás vendrá por añadidura”.  

Es, en una palabra, el amor que se da generosamente en pensamiento, palabras y acciones sin pedir nada y sin esperar ninguna recompensa.  

Segunda. La pureza de vida en pensamiento, palabra y obra: no es seguramente el yermo áspero y solitario sin alma viviente que conviva a nuestro lado. “No está bien que el hombre esté solo” dice una frase de Jehová Creador, en el Génesis de Moisés. La Eterna Idea no borra jamás lo que diseñó una vez en lo Infinito del tiempo y del espacio. La vida pura no es pues la soledad absoluta. Es la convivencia con nuestros semejantes, familiares o amigos, sin causarnos el menor daño unos a otros ni en la honra, ni en los bienes, ni en los sentimientos o afectos y menos aún en la vida que la Eterna Potencia ha reservado a su sola Voluntad Soberana.  

Es impura la vida del que se lucra con las fuerzas físicas de sus hermanos sin la justa remuneración, el que lastima, ofende y hiere los sentimientos de sus semejantes con pensamientos, deseos o actos impúdicos y lascivos; el que esparce con la palabra, el pincel o la pluma ideas o costumbres corrosivas que atentan contra el pudor y la honestidad; el que abusa de un modo o de otro de la mal llamada Libertad de derechos para imponer por la fuerza del poder arbitrario, sus torcidas voluntades que atentan contra la dignidad de la criatura humana, con un alma inmortal de sublimes destinos:  

“Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios” dijo un día el Divino Maestro. ¡Oh sí! Le verán, le sentirán y le poseerán en la tranquilidad de sus corazones, en la paz de sus hogares, en la serena calma de sus días iluminados siempre por el iris radiante de la paz y del amor.

Tercera. La paciencia: en todas las circunstancias de la vida Es la mansedumbre o paciencia, una virtud que lleva en sí misma un poder conquistador invencible.  

“La paciencia todo lo alcanza” era el axioma de los Maestros de la antigua sabiduría. Los Flámenes Lemures de Juno y de Numú la hicieron savia fecunda de su vida extraordinaria de actividades exteriores y de quietud interior.  

El hábito de la paciencia en todos los momentos de la vida, es lo único que puede hermanarse con la inalterable armonía interior, necesaria para vencer todas las dificultades que entorpecen el justo desenvolvimiento de las energías del espíritu, que llegó a la vida física en seguimiento de un ideal superior.  

La impaciencia, la rebeldía interior, los arrebatos de la cólera, despedazan y desgarran en un instante los velos sutiles de los pensamientos protectores que amigos invisibles, aliados eternos, tienden amorosamente sobre sus hermanos encarnados. Y de aquí la mayoría de los fracasos espirituales o materiales que acarrean desastres irremediables, dolores múltiples, pesimismo aplastador para el alma que en sus momentos de lucidez comprende haber sido ella misma la causante de todos sus males.  

Cuarta. Perseverancia: en el sendero elegido, no obstante las opiniones diversas del mundo.  

“El que pone la mano en el arado y vuelve la cabeza atrás, no es apto para el Reino de los Cielos” decía el Divino Maestro.  

La corona del triunfo no la conquista el que comienza bien, sino el que termina bien el viaje de la vida planetaria.  

Los juicios humanos pesan mucho y de ordinario marcan derroteros equivocados a las almas vacilantes y temerosas. Y no es fácil el adquirir el valor de arrostrar las críticas necias de tantos inconscientes que jamás se detuvieron a pensar en lo que son ellos mismos, ni en su origen divino ni en sus destinos eternos.  

Gozar de la vida lo más posible es su único ideal. ¡Pobre y desgraciado ideal que amarrado a los goces groseros de la materia, conduce las almas a caminos de perdición, por los cuales descienden hasta el abismo del crimen!.  

Las claridades de la Ley Divina desaparecen en esos horizontes donde sólo resplandece la luz fatua de los placeres mezquinos, fugaces, enloquecedores.  

“Los que sirven al mundo no son míos”, decía el dulce Maestro Nazareno y añadía más: “No se puede servir a dos señores, a Dios y al mundo”. “Yo soy la Luz de este mundo y el que me sigue no anda en tinieblas”.  

La Divina Sabiduría abre la senda de la rectitud y la justicia según su Ley Eterna, en acuerdo con las necesidades del corazón humano, de modo que no están reñidos con ella, ni las dulces ternuras de la familia, ni las bellezas de la amistad, ni la dicha inefable del amor correspondido.  

En medio de un mundo donde prevalece el egoísmo, la corrupción y el vicio en todas las formas de la degradación humana, se necesita un gran valor para resistir a la maligna corriente que lo avasalla todo, y para llegar a esa perseverancia que resiste a todas las sugestiones y falsos pretextos tendientes a eludir la rectitud y honestidad en el obrar.  

Quinta. Concentración espiritual: buscando el propio conocimiento y la energía de la Eterna Potencia.  

Para trabajar en algo es indispensable el conocimiento a fondo de ese algo en que se quiere ocupar tiempo y esfuerzo.  

Así sea el cultivo de un jardín, el pulir de una piedra, el cincelar un metal, el pintar un lienzo o arrancar de un instrumento músico hermosas melodías, es necesario ante todo conocer a fondo aquello a que nos dedicamos.  

Cuando queremos entregarnos a cultivar nuestro yo íntimo, nuestro espíritu, esa fuerza impulsadora de nuestra vida, debemos tratar de estudiarlo y conocerlo en todos sus aspectos buenos y malos; agradables y desagradables, elevados y ruines, generosos y mezquinos.  

Y este conocimiento sólo podemos adquirirlo mediante la concentración en nosotros mismos o sea la meditación.  

Débese tener en cuenta que meditar no es rezar, o sea pronunciar plegarias, súplicas en demanda de salud, de ayuda y protección en cualquier orden que sea. Meditar es penetrar en el santuario íntimo de nuestra conciencia donde descubrimos qué impulsos hacia el bien o hacia el mal nos dominan con más frecuencia; qué debilidades, gustos o inclinaciones aparecen más definidos y fuertes en nosotros a fin de prestarles más atención, tal como hace el buen jardinero con una amada planta de su jardín que observa día por día si un sol abrasador, o las lluvias excesivas o los vientos helados la perjudican y la agostan.  

Y como el buen jardinero con amor y sólo por amor a su plantita que quiere ver embellecida en abundante floración, la poda, la riega y hasta lava su raíz, con igual amor piadoso por nuestra alma cautiva en la materia, hemos de apartarle todo aquello que perjudica su crecimiento, su progreso, y justa actuación en el plano de evolución en que por ley divina está colocada.  

Gran cosa es a la verdad el adquirir el hábito de la concentración espiritual o meditación porque ella significa encender una potente luz en las tinieblas entre las cuales veremos claramente los peligros y tropiezos que pueden interrumpir la evolución y romper las alianzas y pactos que hayamos hecho en colaboración con los grandes apóstoles de la redención humana.  

Sexta. Consagración a la ciencia: que nos descubre las obras y leyes de Dios y nos hace útiles a la humanidad.  

La vida espiritual no está reñida con la adquisición de conocimientos superiores mediante el estudio de la Naturaleza que es el gran libro del Eterno Invisible que se nos manifiesta a cada instante en la estupenda grandeza de sus obras, de sus elementos, de sus múltiples creaciones.  

“Los cielos y la tierra proclaman tu grandeza, ¡oh Jehová! soberano creador de mundos y de seres”, exclama la palabra augusta de las más viejas y sagradas Escrituras.  

Consagrar voluntad y tiempo a estudiar la ciencia de Dios y de sus obras, es hacer al espíritu capaz de ser maestro y guía de las porciones de humanidad que la Eterna Ley nos designe, para conducirlas hacia los caminos de la justicia, de la paz y del amor, donde encontraremos todos la felicidad buscada.  

Séptima. El Desinterés: Hemos llegado a la cumbre de la Montaña Santa; allí donde llegan las almas generosas, heroicas y sublimes que después de realizar toda una vida llena de merecimientos, de obras de bien y de justicia, de obras coronadas de belleza y de amor, se acerca a la Eterna Potencia y su pensamiento hecho rayo de luz le dice prosternado en profunda humillación: “Eterna Majestad del Infinito: ¡aquí tienes tu insignificante criatura que sólo ha podido traerte en ofrenda el pequeño vaso de su corazón ardiendo en amor hacia Ti para siempre!”  

¿Qué pide esa alma?  

El continuar sirviendo a Dios y a todos sus semejantes.  

¿Qué quiere para sí misma?  

¡Amar y ser amada hasta lo infinito!...  

¡Oh eterna grandeza del alma que penetró en los portales de la vida espiritual sin pensar nada más que en darse en ofrenda permanente al Supremo Poder, sin buscar ni pedir compensación alguna en la tierra, porque tuvo la luz para comprender que se hace dueño de los tesoros divinos el que en absoluto desinterés se entrega al cumplimiento de la Divina Voluntad!.  

Es el desinterés la virtud por excelencia de los héroes y de los santos, que sacrifican cuanto tienen y cuanto son en bien de sus semejantes. ¿Qué hará la Suprema Majestad en su generosa largueza con almas semejantes? ¿Las mirará con indiferencia, las relegará al olvido, las confundirá con la muchedumbre que juega, ríe, y pierde el tiempo en fugaces veleidades?...  

¡Oh eterna grandeza del alma humana entregada por amor al divino Servicio!...  

Los ángeles del Señor bajan de los cielos a contemplar tu belleza, y sueltan a todos los vientos sus cánticos de gloria y de amor: “¡Gloria a Dios en los cielos infinitos y paz y amor a las almas de buena voluntad!”.
 

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DIOS


“Cada pueblo, cada raza, y aún puede decirse cada alma, piensa, siente y expresa de un modo diferente la palabra única, la frase augusta, sagrada y profunda que puede expresar lo que palpita y vive en lo más hondo del propio ser El Altísimo, el Sin Nombre, el Eterno, el Invisible, el Invencible, el que todo lo sabe, todo lo puede y todo lo ve. ¿Quién es Él? ¿Cómo es Él?...
 

“Mi mente se apaga como una candela expuesta al vendaval”.  

“La palabra enmudece en la garganta y la mirada se tiende al infinito espacio como tímida avecilla aturdida por la inmensidad.  

“¿Que frase humana puede expresar o definir ese algo que no tuvo comienzo y que no ha de terminar jamás? ¿Qué mente humana puede comprender esa estupenda genealogía que, como poseída del ansia infinita de darse, de prolongarse, de difundirse en millares de formas de vida y de amor, arranca de sí misma hebras, retazos, jirones y los impulsa a vivir en el infinito espacio, que lleno en absoluto de ese gran todo que lo inunda con su infinita fecundidad, cumple el mandato supremo y se convierte en seno materno de nebulosas, de mundos, que son estrellas y soles donde germinan, viven, crecen millares y millones de humanidades de seres, de embriones, de gérmenes que son vida y que serán también Amor’?.

“¿Qué palabra humana puede definir este supremo enigma, ni humana inteligencia podría comprender este hondo misterio que sobrepasa los límites a donde puede llegar la humana inteligencia encarnada?  

“Pensad, venerables maestros míos, que esta avecilla recién salida del nido y cuyas alas no tienen aún el crecimiento indispensable para lanzarse a tan grandes vuelos, difícilmente podrá abarcar una inmensidad semejante. No esperéis de mí nada más que un grito de amor a esa Energía Suprema que lanza mundos, seres y cosas como lanza mi corazón un suspiro apenas perceptible que se esfuma sin ruido en el insondable vacío.  

"Mas, forzado por el mandato de nuestra Ley, me limitaré a esbozar figuras, emblemas, símbolos alegóricos creados por mi inquieta imaginación que los extrae de todo lo visible y palpable en el Universo, con el ansia suprema del que busca luz, verdad y conocimiento.  

"¿Cómo es Dios?, preguntaba a la Luz Eterna el alma extática de un Kobda poeta en versos que nos han trasmitido los papiros amarillentos de archivos prehistóricos; y la luz, maga de los cielos infinitos, le contesta:  

"Como tú cuando vibres como Yo".  

"Luego Dios es la Luz, es la ingente claridad en que viven y son todos los mundos, seres y cosas que viven, mueren y se disgregan en ellos. Y esa Luz es también Potencialidad ilimitada, Energía fecunda, Justicia irrevocable, Amor que no se agota jamás.  "Todo este conjunto de estupendas grandezas, es, según mi entender, el Eterno Invisible que sólo se deja ver en sus obras magnificas, en la vida que da generosamente a todo cuanto vive en el vasto Universo.  

"A su mandato surgen, crecen y llegan a la plenitud los mundos en millones de siglos; y de Sí Mismo emergen como chispas de un incendio millares de millones de átomos animados de eterna vida y destinados a poblar los mundos en una infinita variedad de vidas inorgánicas primero y orgánicas después, hasta convertirse en reinos, en especies, en razas, en familias.  

“¡Potencialidad eternamente creadora!...  

“¡Energía eternamente renovadora!...  

“¡Amor que se da eternamente a todas sus creaciones grandes o pequeñas, en cuanto les es necesario a su vida de evolución permanente!.  

"Las percepciones de los grandes clarividentes de distintas épocas de nuestra vida planetaria nos describen las Inteligencias ya perfeccionadas, que surgieron como chispas de la ingente Llama Viva, millones de siglos antes, y nos presentan en jerarquías interminables, radiantes legiones en escalas que van hasta lo infinito. Y tales percepciones llegan hasta las Antorchas Eternas y los Fuegos Magnos... ¿Qué hay más allá? La visión mental de los clarividentes se eclipsa como tras de una nebulosa radiante que les deslumbra y les anonada. Y es entonces cuando mi pobre mente comienza a soñar en un arrobador delirio que se asemeja al vértigo de las cumbres.  

"Me figuro incrustada en el abismo azul del vacío, una inmensa esfera luminosa, transparente, irradiando luz, calor, energía y vida a todo el universo. Cada hálito suyo es una nebulosa que surge, como un seno materno en que se gestan mundos, y cada mundo es morada de vidas en infinita variedad de formas. ¿Será eso el Eterno Invisible?  

“¿Cómo es Dios?, preguntaba el poeta de los Kobdas a la Luz, que le responde: "Como tú cuando vibres como Yo".  

“Y aquella Esfera radiante de mis sueños, vierte luz inextinguible que lo envuelve todo y da vida a todo y lo mueve todo, porque su vibración eternamente poderosa basta y sobra para mantener en equilibrio perfecto los millones de millones de globos como burbujas de luz emanadas de aquel Principio Generador.        

"¿Cómo nació, de dónde vino?... ¡Venerables maestros míos!... Permitidme prosternar mi frente en el polvo ante esa Suprema fuerza desconocida, y en vuestra presencia, porque soy avecilla recién salida del nido y no han crecido mis alas lo bastante para llegar a Ella y ser capaz de definirla y comprenderla”.

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EL DOLOR


“Mi pensamiento sigue vuestros pasos en la tierra y mi amor santifica vuestra vida.  

“Yo soy el principio y fin de vuestras obras de misericordia y de amor.  

“Pensáis en mí y quisierais apagar el clamor de los que sufren y consumir como paja el dolor de la tierra.  

“No padezca vuestro corazón por el tormento de los hombres, antes bendecidlo porque él les obliga a refugiare en Dios.  

“El dolor humilla al soberbio y acrisola y purifica al justo.  

“El dolor hace sentir al hombre su propia incapacidad e impotencia y le impulsa a buscar amparo y alivio en alguien más fuerte y poderoso que él.  

“El dolor es oro puro con el cual paga el alma deudas de dolor causado injustamente a su hermano.

“Bueno y santo es el ser misericordioso con los que padecen, más no sea tanto vuestro afán que lleguéis hasta olvidar lo que debéis a la salud de vuestro cuerpo y a la vida que habéis tomado para vuestra propia evolución.         

“Dejad que los muertos entierren sus muertos, o sea, que los que pecaron contra el hermano paguen su deuda al hermano.  

“Juan, mi amado Juan, hablo contigo en particular. He visto en ti que sientes en carne propia el dolor físico y moral de tus hermanos. Ya has cumplido la Ley de amar al prójimo como a ti mismo. Ama ahora un poco a tu propia alma y déjala escuchar lo que para ti y para tus hermanos de ideales y de causa, te dirá el ángel de las anunciaciones.  

“Mi congregación formará muchedumbre, porque mi doctrina penetrará muy hondo en los corazones preparados para recibirla.

“Abrir caminos, desbrozar los campos, arrancar la cizaña que aparecerá en los huertos cultivados por mí, derribar barreras y montañas, hacer florecer las ruinas, los desiertos, los sepulcros y las ciénagas es y será la obra de mis apóstoles y tú eres uno de ellos, Juan, no lo olvides nunca...”

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LOS MUNDOS Y LAS ALMAS


“Las estrellas y las almas se parecen”, dice la antigua filosofía de nuestros mayores sin darnos más amplias explicaciones, como si hubiesen  querido que nuestra mente ahonde en sus meditaciones sobre tan profunda cuestión.

..........“Y mi mente de joven recién iniciado en los caminos de la Luz, se ha asomado nítidamente a esos insondables abismos y ha creído descubrir el por qué los Kobdas prehistóricos tenían grabado en sus papiros: “Las estrellas y las almas se parecen”.  

“Los mundos emergen de la Potente Energía Central como una casi imperceptible burbuja al poderoso contacto de los pensamientos de cien Querubes puestos en acción por la amorosa fuerza de su voluntad. Y las almas surgen así mismo de igual origen, como chispas ígneas que pasados millares de millones de siglos van respondiendo al mandato imperioso de la ley de evolución hasta llegar a una glorificada perfección.  

El pensamiento de los Querubes fecunda el éter en los inmensos vacíos siderales y surgen así las nebulosas, cada una de las cuales da origen a un sistema planetario, compuesto a veces de un sol central alrededor del cual giran en equilibrio y armonía perfectos, planetas del primero, segundo y tercer orden, que los astrónomos terrestres califican de estrellas fijas o errantes, satélites y asteroides. Todos son mundos que, después de inmensas edades de transformaciones contínuas por movimientos y cataclismos que el hombre terrestre no puede precisar, llegan a las condiciones necesarias para albergar en su corteza exterior vidas inorgánicas primeramente, orgánicas después, y por último, vidas humanas animadas por el alma inmortal dotada de inteligencia, que comprende y piensa, de memoria que recuerda y de voluntad que ama.  

“¿Cuál es el estado perfecto de los mundos?. La evolución de los mundos corre pareja con la evolución de las humanidades que los habitan; y las transformaciones se efectúan en ciclos de 25.000 años.  

“Llegado un final de ciclo, la Legión de Inteligencias de Justicia, aparta la porción de humanidad que queda retardada en su progreso ascendente y la traslada a un mundo de menor evolución a fin de que no entorpezca la vida superior a que entra el planeta y la humanidad adelantada que lo habitará en adelante. Este proceso se va repitiendo muchas veces hasta que el mundo y humanidad llegan a la absoluta perfección que consiste en la diafanidad o sutilización de la materia que se transforma en sustancia radiante donde el pensamiento y el amor quedan como dueños absolutos del mundo y de la humanidad que lo habita.  

“Estos son los cielos y paraísos de que hablan todas las religiones que ofrecen como premio y compensación a los justos, como los mundos primitivos adonde son apartadas las almas retrasadas en la evolución, son los infiernos o mundos inferiores que también las religiones anuncian como castigo a los que viven sus vidas carnales en la depravación y en el crimen condenados por la Ley Divina impresa en el alma humana desde que llega el razonamiento: “No hagas a nadie lo que no quieras para ti”.  

“Cómo se efectúa el proceso del traslado de porciones de humanidad retardada de un mundo a otro los grandes clarividentes de nuestras Escuelas de Sabiduría Divina lo han percibido de la siguiente manera:  

“La purísima y glorificada Legión espiritual de los Querubes, que es una jerarquía de las Antorchas Eternas es la que facilita estos pavorosos y casi incomprensibles procesos que realizan bajo su auspicio y dirección las Legiones de la Justicia en diversas formas y con varios elementos que fueron percibidos en lejanas épocas por algunos clarividentes, según se desprende de antiquísimas escrituras que dicen: “Los  ángeles del Señor levantaron los mares que se vaciaron sobre ciudades y pueblos; resquebrajaron planetas que cayeron en trozos, convirtiendo en ruinas todo cuanto era vida sobre la tierra; desataron los torrentes que en horrendas cataratas se precipitaron sobre los animales y los hombres; y los fuegos planetarios de globos que ya decrépitos se disgregan, y los fuegos de la tierra abierta en cien volcanes, no dejaron nada con vida sobre la faz de este mundo”.  

“Son también los Querubes quienes permiten y dirigen las comunicaciones interplanetarias cuando algunos planetas de un mismo sistema han llegado a condiciones precisas para realizarlas.  

“La Ley de la Armonía Universal ha permitido y permite en épocas determinadas y con fines de progreso y depuración de humanidades y de mundos las relaciones interplanetarias ya de orden espiritual, moral o material según las necesidades que va marcando la Ley de la Evolución de globos y de seres. Y con esto queda en descubierto el gravísimo error de algunas escuelas materialistas que, careciendo en absoluto del divino conocimiento, niegan la posibilidad de que el pensamiento de Inteligencias Superiores pueda ser percibido por mentes debidamente preparadas para ser receptoras de las ondas vibratorias emitidas por aquéllas cuando lo juzguen necesario para sus designios.

“Todo está medido y admirablemente equilibrado en las rutas eternas de los mundos; y la fuerza de atracción que ejercen unos globos hacia otros, los acerca en épocas determinadas hasta tocarse la esfera astral que les envuelve y es entonces cuando cataclismos múltiples o movimientos sísmicos combinados en aire tierra y mares, producen a millones la desencarnación súbita de los seres que deben ser trasladados a un globo inferior. Y los millares de almas desencarnadas van a despertar de su turbación en la nueva morada que la Ley Eterna les concede para continuar su progreso.  

“El globo o mundo que acaban de abandonar, se ilumina de una luz nueva como si fuera otro sol el que le alumbra, otro aire el que refresca sus praderas, otro azul más diáfano el que recorta sus horizontes.  

“Todos los ruines y bajos pensamientos delictuosos, egoístas, lascivos, fueron eliminados para siempre y desaparece con ellos esa pesada atmósfera que enferma y mata a los seres de mayor evolución. Es el cielo de los justos. Es la glorificación de los héroes y de los santos. Es la aureola eterna de paz, de dicha y de amor que soñaron y buscaron por tanto tiempo y en tantas vidas, y que habiendo llegado ellos mismos a la completa purificación, la Eterna Ley les acuerda, no como privilegio sino como conquista gloriosa alcanzada por esfuerzos inauditos de siglos, por vencimientos heroicos realizados en vida tras vida por renunciamientos sublimes en aras del deber, por saltos sobre abismos que a veces la Ley exige a las almas decididas a seguir el ideal, que les ha levantado de las ciénagas para convertirles en  ángeles revestidos de carne.  

“Venerables Maestros míos, tal es la comprensión a que mi pobre mente ha llegado, guiada por las percepciones de nuestros gloriosos clarividentes y por la luz que la Eterna Potencia se ha servido otorgarme”.  

El gong del Gran Servidor volvió a sonar en el solemne silencio del sagrado recinto y Jhasuá iluminado por la interna luz que le envolvía, dobló su frente esperando el veredicto de aprobación del severo tribunal que le escuchaba.

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EL VERBO


“En la Eternidad no hay principio, y en Ella era el Verbo y el Verbo era con Ella y Ella era Dios; y el Verbo era con Dios, era su Pensamiento, su Idea, su Amor.  

“En Él está la Vida y la Vida es la Luz de los mundos, de los seres, de cuanto existe en ellos.  

“Y su Luz resplandece en las tinieblas y las tinieblas no comprenden a la Luz.  

“El Verbo es la Verdad y la Luz que alumbra a todo ser venido a este mundo.  

“Al mundo vino y en el mundo estuvo, pero el mundo no le conoció. A los suyos vino y los suyos no lo comprendieron.  

“Y el Verbo de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros. Se hizo corazón de carne y nos amó hasta morir por darnos Verdad y Luz, Vida y Amor.  

“Hemos visto su gloria, hemos visto su Luz..... Luz de Hijo de Dios que no se apaga nunca, porque es la Eternidad sin principio ni fin.  

“Porque de su plenitud tomamos todos y de sus poderes y dones nos hace gracia con infinita largueza.  

“La Ley por Moisés fue dada a este mundo entre las estupendas glorias del Sinaí; mas el amor, la piedad, el perdón y la misericordia por Jhasuá fueron dadas a este mundo, porque Él mismo, que vino de Dios, es el Amor, la Piedad, el Perdón y la Misericordia.  

“Es el Verbo de Dios, su Palabra que no pasa ni se cambia ni se muda porque es la Verdad Eterna como Dios de quien procede.  

“A Dios nadie le vio jamás; pero su Hijo, su Verbo, su Pensamiento, le conoce, le ama le comprende y le llama Padre.  

“Y prueba su eterna existencia con obras que son prodigios, porque, si el Hijo no estuviera en el Padre, no hiciera las obras maravillosas que hace en amor, consolación y paz de los hombres de esta tierra, a los que llama sus hermanos.  

“El Verbo de Dios no descendió a la humillación de la carne para condenar a los hombres sino para levantarles de la miseria y del dolor.  

“Mas, los hombres crean ellos mismos su miseria y su dolor con espantosas infracciones a la Ley Divina que marcada fue a Moisés en las cumbres del Sinaí.  

“¡Jhasuá de Nazaret, encarnación del Verbo, del Pensamiento y de la Eterna Idea!... ¡Jhasuá, Verdad, Amor y luz eres Tú y el mundo te ha desconocido y el mundo te ha perseguido y humillado hasta el patíbulo infame de los malhechores!....  

“¡En mis sueños de amor te contemplo soberano en tu Reino entre millares de cortesanos celestiales, ángeles, arcángeles, querubes y serafines que obedecen tu pensamiento y son mensajeros de tu voluntad!....  

“¿Qué tiniebla es la que ciega a este mundo que no te ve cual Tú eres, ni escucha tu mensaje, ni recibe tu pensamiento?  

“¡Tan sólo la madre que te dio vida de carne y el hombre justo que la acompañaba, mas un puñado de humildes seres, creyeron en Ti, y vieron tu gloria y comprendieron tu Idea, tu sentir, tu pensar y aprendieron de tu boca la ley suprema del amor fraterno!  

“Tu palabra vibraba como las cuerdas de una lira invisible cuando decías: “Si creéis en mi, creéis en el Padre, porque Él y Yo somos uno mismo, como seréis vosotros si, unidos a mí por el conocimiento y por el amor, guardáis mi palabra que es Verdad, Justicia y Sabiduría.  

“Mas, si en mí no creéis, si huís de mi lado y volvéis la espalda a mi mensaje, en verdad os digo que las tinieblas os cubrirán por largas edades, y el dolor y la miseria serán vuestro pan de cada día.

“No por mí, sino por Aquel que me ha enviado y que, despreciado y desconocido por vosotros, os dejará en olvido hasta que a Él volváis recibiéndome a mí que soy su Mensaje Eterno.  

“A Él nunca le veréis, porque es el Dios Invisible, Impersonal, Intangible; mas le sentiréis en mi palabra, en mi pensamiento y más aún en todo cuanto hago en su nombre.     

“¿Qué queréis?... Buscáis el bien y huís del bien.  

“¡Buscáis el amor y huís del amor!  

“Buscáis la dicha y la paz y os alejáis de ellas con vuestras obras, pensamientos y palabras en desacuerdo con la Ley que manda: No hagas a tu hermano lo que no quieres que se haga contigo.

“Si no queréis ser maltratados, perseguidos, calumniados, despojados de la honra, de los bienes y de la vida, no lo hagáis con vuestros hermanos, porque así pisoteáis a Ley de Aquél que tiene el derecho de imponerla. Y la Ley inexorable toma represalias que son justicia, y vuelve por los perseguidos, deshonrados y despojados.  

“Y a vosotros os cae como llovizna de invierno todo cuanto mal hicisteis, si no en la hora presente, en otra más cerca o más lejos, según sea su voluntad soberana.  

“¡Pobres criaturas de carne! Vivís afanados por el pan de cada día y hacéis inauditos sacrificios por conseguirle.  

“Y no veis que el pan de Dios es el que descendió de Él y da vida al mundo.  

“Yo soy para vosotros el pan de vida eterna. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.  

“Porque el Padre está en Mí, soy como el pan y el vino de vuestra mesa, que si os falta moriréis. Si comiereis de este pan y bebiereis de este vino, vida eterna tendréis en vosotros.  

“Porque mi palabra es 1a palabra de Dios que es la Eterna Verdad, el Eterno Amor, el Eterno Bien. Y con ellos todo lo tenéis, y sin ellos nada tenéis, ni aún el aire para respirar.”  

“Así habló un día a los hombres de este mundo el que tomó carne de hombre para levantar y sanar a los hombres.

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