El discípulo dijo a su Maestro: "Maestro, ¿cómo haré para no cometer jamás el pecado de matar a los seres vivos de la Naturaleza?. Este asunto me causa una profunda preocupación, perturbándome a tal extremo que me impide concentrar mi pensamiento, y por lo tanto no consigo la paz mental. En este estado no puedo realizar las sagradas prácticas para obtener la Ilustración de los Superiores".-
El Maestro lo miró lleno de misericordia y le respondió: "Aparta de ti con firmeza esos pensamientos confusos, y aléjate de toda perturbación. La paz de la mente y del corazón nunca deben perderse. Ahora escucha con atención lo que te diré: cuando respiras matas, cuando comes y bebes, matas; cuando caminas, matas; al hablar, al pensar, y hasta cuando duermes, matas. ¿A quiénes?: a los infinitos seres, átomos del aire, del agua, de la tierra y de la luz quienes sustentan con su trabajo perpetuo a toda la Naturaleza, a lo que ven nuestros ojos, y a lo que éstos no alcanzan a ver.
Ellos mueren como "formas" y siguen viviendo como "energías". Son muertes, o mejor dicho, son transmutaciones de Ley de Vida. Son continuados cambios energéticos para que tú, yo,
y todos vivamos en este plano de conciencia, y también para que el Gran Cuerpo Universal dentro del cuál se produce en cada instante el milagro de la vida, sea sustentado y prosiga con su ritmo eterno. Mira, ahora mismo, mientras conversamos, miríadas de seres infinitamente pequeños mueren y renacen en constante tarea dentro de nuestros organismos, con el fin de que se cumpla en nosotros el designio de la existencia. Llegado el momento, también nosotros moriremos en el cuerpo de materia densa y renaceremos en cuerpo espiritual, en otra dimensión, con otra vibración, hasta que llegue otro instante de la Gran Rotación Vital en el que nuestro YO tome otro cuerpo denso para seguir su camino evolutivo.
Dicho todo esto, no te apenes ni desesperes, porque este proceso natural es inevitable y justo.
Ahora bien, cuando un día que ya está diseñado en tu futuro, llegues por tus merecimientos y constancia a ser un canal iluminado por la Luz del YO DIVINO en ti, entonces todos tus cuerpos serán luminosos, y cuando obres darás vida, cuando pienses, cuando ores y medites, crearás vida, cuando hables, tu Verbo transmitirá vida, cuando comas, bebas y camines, cuando mires, serás portador de la energía santificada que dará vida. Por eso, debes esforzarte y poner toda tu voluntad en obtener por la práctica sagrada y la devoción, la Iluminación, o sea, la Santa Unificación con tu YO SUPERIOR. Entonces sí serás un buen obrero del INTIMO en ti, y serás permanente creador de átomos de luz y de vida en pensamientos, palabras y acciones". Calló el Maestro y en su faz resplandecía una paz glorificada.
El discípulo juntó sus manos sobre el corazón reverenciando al Maestro. Este prosiguió: "Ahora tu YO DIVINO habla dentro tuyo, y tú lo escuchas con reverencia y gozo espiritual. Yo simplemente he sido instrumento del Altísimo para que recordaras lo que ya sabías antes de nacer, por lo tanto, ya nunca lo olvidarás, cumpliendo tu misión en la vida con honor, de ser un servidor consciente del Ser Divino en ti. Tus cuerpos en los diversos planos de existencia serán Templos del Inconmensurable, y Él obrará en ti y por ti".
Maestro y Discípulo, postrados en la tierra, ofrendaron sus pensamientos de agradecimiento y adoración al Eterno Invisible, el Glorioso, el Perfecto, el Clemente y Misericordioso, Alma Madre de todo cuanto alienta y vive en la infinitud de la Vida.
carlosalejandro.-